Logopedia EDUCATIVA

La logopedia es una profesión con un amplio campo de trabajo y se puede clasificar de varias maneras. Una manera sencilla es la de dividirla en su rama sanitaria y su rama educativa.

La rama educativa englobaría el trabajo realizado con niños que presentan dificultades en la adquisición de los diferentes sonidos del habla, del propio lenguaje oral o del lenguaje escrito. Es decir, niños que por diferentes razones están necesitando más tiempo que sus compañeros para desarrollar completamente sus capacidades comunicativas y que necesitan de un apoyo extraescolar para adquirir algunas capacidades que otros niños logran de forma espontánea.

Es bien sabido que el desarrollo en las primeras etapas de la vida es muy heterogéneo; que cada persona tiene su forma de aprender e ir adquiriendo capacidades motoras y cognitivas. Hay factores genéticos que predisponen a ciertas habilidades o dificultades, hay trastornos del neurodesarrollo y hay hábitos, o aspectos ambientales, que pueden influir en este proceso que para cada persona es único; no obstante, existen unos estándares, una horquilla de edades en las que, a priori, se van logrando las diferentes destrezas. Por lo tanto, es responsabilidad del entorno del niño (familia y escuela) detectar cuando hay alguna capacidad que se está saliendo de forma notoria de dichos estándares, para que un profesional lo valoré y considere si es pertinente o no realizar un trabajo de apoyo.

Una de las problemáticas más frecuentes con la que nos encontramos en logopedia es la de un niño o niña de entre los tres y los cinco años al que le está costando hablar. Esto suele significar que hay unas dificultades de tipo fonológicas, es decir, que no tiene adquiridos todos los sonidos del habla y va pasando el tiempo y la dificultad persiste. Debemos, por tanto, realizar una historia clínica que nos describa bien la evolución y el entorno, para ver si hay posibles factores influyendo en su desarrollo del habla o del lenguaje (como antecedentes familiares, enfermedades del desarrollo, hábitos como la succión, dificultades auditivas o perceptivas…) y valorar y baremar esa fonología (ya que no todos los sonidos se adquieren al mismo tiempo, hay unos que suelen adquirirse antes – m, p, t o k – y otros que tardan más – s, θ, rr o silabas trabadas -). Después hay que tratar de discernir si se trata de una dificultad de habla (capacidad articulatoria de los órganos implicados en el habla) o si es una dificultad de lenguaje (la representación cognitiva de los diferentes sonidos). Esta tarea depende de la pericia del logopeda, aunque muchas veces, solo el tiempo de trabajo nos da la respuesta, ya que las problemáticas de habla tienen mas pronta y mejor evolución.

En ocasiones, las dificultades del lenguaje afectan a otras áreas del mismo que pasan más desapercibidas. Las cuatro áreas formales del lenguaje son: fonología, sintaxis, semántica y pragmática. La mas visible, como he dicho, es la fonología; sin embargo, puede estar alterada la capacidad de estructurar la información a la hora de generar oraciones (sintaxis), o disponer de poca cantidad de vocabulario para expresarse (semántica), o no ser capaz de descubrir los sentidos implícitos u ocultos del acto comunicativo (pragmática). Estas cuatro áreas pueden verse afectadas en todas sus combinaciones posibles y, a excepción de la fonología, el resto suelen pasar desapercibidas hasta bien avanzada la educación primaria.

El otro foco de trabajo logopédico en el ámbito educativo serían las dificultades del aprendizaje de la lectura y la escritura; problemática también muy frecuente ya que puede tener diversos orígenes y repercusiones. Puede ser fruto de una dislexia (trastorno del neurodesarrollo que implica únicamente a la lectura), ser fruto de unas dificultades previas del lenguaje o del habla que se han extendido demasiado en el tiempo, producto de un trastorno general del desarrollo, asociado a otras problemáticas cómo TDAH… Nuestro trabajo debería ser realizar un correcto diagnóstico para saber el origen de esas dificultades, y así, diseñar un programa de trabajo que permita al niño o a la niña superar o minimizar dichas dificultades, ya que, en nuestro sistema académico, todo el aprendizaje esta mediatizado por la lectura.

Existen además, problemáticas de origen clínico (alteraciones dentofaciales, parálisis cerebral, sordera…), que deben ser abordadas desde lo educativo y el trabajo requerirá de una colaboración entre todos los profesionales que trabajan con el niño (tutores, PT, fisioterapeutas, musicoterapeutas, terapeutas ocupacionales…).